En la anterior entrada volvía a escribir después de un tiempo y lo hacía animando a iniciar una búsqueda. Esta búsqueda, en mi opinión, debe ser hacia el interior de cada uno. En este interior es donde puedes encontrar quien verdaderamente eres.
En esta entrada voy a intentar dar algunas recomendaciones sobre dónde o cómo empezar a buscar.
Uno de los motivos más frecuentes de visita entre mis pacientes es el dolor de cuello. Cuando les pregunto ¿por qué crees que te duele el cuello? "yo sé porqué es, es por la almohada" responden también con frecuencia.
¿Cuánto tiempo llevas usando esa almohada? 6 años
¿Te había pasado antes algo así? No
¿Entonces...? Pues no sé.
Resulta que, de repente, sin causa aparente, la almohada toma una actitud criminal y decide molestarte a ti y a tu cuello. Esto es una idea absurda y a la vez muy extendida.
Nuestros sistemas de creencias están formados por ideas, teorías, hipótesis, advertencias, etc., que muchas veces rozan la estupidez y que no sabemos de dónde vienen, simplemente están ahí. Si nos paramos a pensar sobre ellos y a analizarlos nos daremos cuenta de que muchas no tienen sentido y de que nos limitan.
Nos gusta mucho a las persona echar balones fuera. Preferimos culpar a la almohada, a un virus, al mal de ojo o a la fibromialgia en lugar de buscar el motivo de nuestra dolencia en nuestro comportamiento o en nuestros hábitos y actitudes.
Una idea que precede a la de la almohada asesina es la de " yo se por qué me pasa esto". Sino es por la almohada asesina probablemente sea por alguna otra idea sin sentido que nos sacamos de la manga. Como tengo rodilla sé perfectamente qué le pasa a mi rodilla. Sin embargo, no tengo ni idea de lo que es un ligamento, un menisco, una tróclea, el líquido sinovial, etc.
Por el simple hecho de tener un coche no soy mecánico. Pues por la misma lógica por el simple hecho de tener una psique no soy psicólogo. Existe una gran cantidad de conocimiento generado por especialistas en el estudio del comportamiento humano. Bien psicólogos, antropólogos, pisiquiátras (cuidado con éstos y sus pastillas), filósofos, místicos...y sus teorías pueden ayudarnos a comprender un poco por qué hacemos lo que hacemos y cómo encontrar nuestro verdadero yo.
Conclusión: lee.
viernes, 29 de marzo de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
De vuelta
Hace algunos años tenía la firme convicción de que las cosas se
pueden cambiar. Hoy día sigo teniéndola aunque ha variado en su forma.
Cuando decidí emprender mi principal motivación era ésta. Cambiar
las cosas, cambiar el mundo. Aportar mi grano de arena para que todo sea mejor,
más justo. Intenté hacerlo a través de la promoción de la salud. Mi idea de
negocio giraba entorno a este eje. Siempre intento que mis pacientes se
responzabilice de su salud, que entiendan en qué consiste, que sepan cómo funciona
su cuerpo, sus músculos, sus tejidos, sus órganos.
Yo no entiendo la salud como ausencia de dolor o de enfermedad,
sino como un estado de equilibrio con todo lo que te rodea y especialmente
contigo mismo. He estado los últimos meses buscando ese estado. No tenía nada
que compartir, no tenía nada que escribir.
Hoy día me he dado cuanta de que para cambiar el mundo antes hay
que tratar de que el mundo no te cambie a ti. Sigo trabajando en ello aunque
cada vez estoy más cerca.
En este post te quiero invitar a que inicies esa búsqueda o
animarte en caso de que la hayas iniciado ya. Te quiero invitar a que busques
tu camino y que trates de no desviarte de él. Creo que es la mejor manera de
poder cambiar las cosas.
De nuevo agradecer a mis padres por su apoyo incondicional. Sin ellos ningún cambio hubiera sido posible.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)